Dignidad Humana
Claves para entender la ideología de género
Si no soy hombre o
mujer,
Entonces
¿Qué soy?
Es cada vez más habitual el uso de la expresión “género”, sustituyendo a
la palabra “sexo”. Ya no se dice que “esta persona pertenece al sexo masculino”.
Ahora se dice que su identidad es el género masculino. También se habla de
violencia de género, o del derecho a elegir género.
Además no llama la atención escuchar la diferencia entre la identidad
sexual y la orientación sexual: “Nadie – se oye decir – me va imponer con qué
sexo quiero identificarme”.
Llegamos a un
extremo, hasta ya no nos sorprenden noticias como la ocurrida hace unos meses
en Girona. Se trata del matrimonio entre dos transexuales que se sienten
mujeres y además son lesbianas. O lo que es lo mismo: Sabrina y Ángela, nacieron hombres, se sienten
mujeres, y son lesbianas. Un verdadero lío. A simple vista, parece una broma de
sketch de televisión de un programa rosa. Pero no. La prensa se hace eco de
ello como si se tratase de un verdadero avance social.
En definitiva, hoy en
día se señala como correcto no ofender a aquellas personas que no se
identifican con ninguno de los dos sexos “oficiales”.
Si así se hiciera, se
puede ser tachado de intolerante, homófono, hasta de fascista. Detrás de este
planteamiento ¿se esconde algo más que una moda?
¿Desde cuándo se
habla de género para sustituirlo por sexo? ¿Qué tiene que ver con el feminismo
o el lobby gay?
Una ideología
Muchos expertos han
empezado a denominarlo ideología de género.
Ideología porque se
trata de un conjunto de ideas con un objetivo. En la Conferencia Mundial
de Pekín sobre la Mujer
organizada por la ONU
en 1995 fue donde se acuño el término “perspectiva de género”. Entre otras
declaraciones, fue significativa la que hizo la entonces presidenta de
Islandia, Vigdis Finnbogadottir: “la
educación es una estrategia importante para cambiar los prejuicios sobre los
roles del hombre y la mujer en la sociedad para asegurar así que niñas y niños
hagan una selección profesional informada, y no en base a los tradicionales
prejuicios sobre el género”. Rebeca J. Cook,
profesora de Derecho en la
Universidad de Toronto y redactora del documento final de
Pekín, señala que los géneros masculinos y femeninos son una “construcción de
la realidad social” que deben ser abolidos. El documento elaborado por los
feministas canadienses afirman que “los
sexos ya no son dos sino cinco”, y por lo tanto nos e debería hablar de hombre
y mujer, sino de “mujeres heterosexuales, mujeres homosexuales, hombres heterosexuales,
hombre homosexuales y bisexuales”.
La siguiente cita del
texto División for the Advance of Women emitido por el Fondo de Población de la ONU , revela la manera de
pensar: “Para ser efectivos en el largo plazo, los programas de planificación familiar
deben buscar no sólo reducir la fertilidad dentro de los roles de género
existentes sino más bien cambiar los roles de género a fin de reducir la
fertilidad”.
Algo de los orígenes
La revolución
cultural se agitó Europa en 1968, con sus radicales manifestaciones feministas,
vitalistas y pesimistas también ha servido de columna para este nuevo
movimiento. Aunque si quisiéramos buscar un origen más lejano, podríamos citar
a Federico Engels – fundador del
marxismo y el anarquismo – que en su libro “El origen de la familia, propiedad
privada, estado” decía que “el primer antagonismo de clases de la historia
incide en el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en el
matrimonio monógamo, y la primera opresión de una clase por otra es la del sexo
femenino por el masculino.
Es absurdo pensar que a un señor
Que le injertan una trompa de elefante
Le convierte en elefante. No señor, sigue siendo
Un hombre, eso, sí, algo deforme y ridículo
Una explicación
Adentrarse en esta
ideología no es tarea sencilla. Tras las citas anteriores se desprende que lo
específico de esta ideología es que contiene un concepto muy peyorativo de la
maternidad. Después de la batalla histórica del feminismo clásico contra la
discriminación de la mujer, aún queda un escollo para lograr la total igualdad.
Y ese obstáculo es, desde el punto de vista biológico, la maternidad que es el
único “papel” que sólo pueden asumir las mujeres (correlativamente hay que
decir lo mismo de la paternidad para los varones). De ahí que sean éstos – la
figura de la madre y del padre – los enemigos a batir.
Junto a ello, hay que
destruir igualmente lo que se denomina “familia tradicional”.
Actualmente los
promotores de estas ideas han logrado que en buena parte de Occidente la
maternidad sea considerada como un estigma social, y el embarazo como
enfermedad que habría de prevenir. Aquí hacen causa común con el movimiento
abortista y con los partidarios de la contracepción.
Manifestaciones en España
Otra manifestación
muy representativa, es la exótica propuesta de que el género es una poción
individual de cada persona: no algo natural sino cultural. Es decir, el sexo es
biológico – dicen - , pero el género es una construcción psicológica y
sociocultural.
Según el José Maria
Barrio, filósofo y experto en la ideología de género, “en esta afirmación hay
algo de verdad, pero es exagerado pretender una completa independencia de lo
biológico y lo psico -cultural en el animal humano, que es un híbrido de cuerpo
y espíritu”.
EN la “hoja de ruta”
de la ideología del género está, desde luego, la aceptación social del
homosexualismo, algo ya parcialmente obtenido a nivel mundial. Después –
inmediatamente – le tocaría el turno al transexualismo.
Para esta ideología
La figura de la madre y del padre
Son enemigos a batir, al igual que hay que
Destruir la familia tradicional
Hoja de ruta
En España hay una
“agenda política” clarísimamente diseñada por el gobierno actual en esta
dirección:
·
El llamado “matrimonio “homosexual, con la posibilidad
de adoptar niños.
·
La posibilidad de registrarse como varón, mujer – o
como arroba - , según le vaya a uno en cada momento.
·
La ley de prevención contra la violencia de género,
que supone que casi uno de cada cinco matrimonios están en riesgo de violencia
de género, etc.
La “homosociedad” – como algunos pensadores lo han denominado –
necesitará de un potente Estado adoctrinador y policial para hacer valer los
postulados de la ideología de género.
De hecho, tampoco sorprende que los representantes más notables del
lobby homosexual se comporten de forma intolerante para defender sus posturas,
y si discrepa del “pensamiento único” que pretende imponer puedes ser tachado
de “homofobia”.
Destruir el sentido común
Para cambiar de mentalidad a toda una sociedad, el camino más corto es
acabar con el sentido común. En efecto, si la homosexualidad fuese natural, la
naturaleza habría promovido un solo sexo, lo cual evidentemente no consta. Como
dice el profesor Barrio, si hablamos de transexualismo, “es absurdo pensar que
a un señor que le injertan una trompa de elefante le convierten en elefante:
sigue siendo un señor, eso sí, algo deforme, y ridículo”.
En las filas de esta nueva ideología han recalado muchos viejos
marxistas que se quedaron vacíos tras la caída del Muro de Berlín. Son muy
fáciles de identificar pues aplican el materialismo dialéctico: los géneros no
se relacionan por medio de la complementariedad sino a través de la
confrontación. En todo caso, se podría decir que es una versión – a día de hoy
más presentable – de la lucha de clases.
La figura del padre y la madre
Se puede afirmar que esta ideología es anticristiana de raíz ya que va
directamente a la línea de flotación del cristianismo y de toda creencia
monoteísta. Principalmente porque ataca la paternidad y la maternidad.
El cristianismo posee un recurso fundamental para comprender a Dios – en
la medida en que ello nos es posible -, y tal recurso es precisamente la imagen
del padre. También la maternidad juega un papel esencial en el cristianismo,
que quedaría mutilado sin la figura de la Virgen Madre de Dios. Por lo
tanto, el icono del padre y de la madre son instrumentos de los que dispone la
humanidad para hacerse cargo de quién es Dios. Esto se ve muy bien en la
actitud de los niños pequeños: una actitud esencialmente religiosa por mostrar
con toda nitidez la dependencia del hombre.
Según Benedicto XVI
el ateísmo
Trata de Suprimir a
Dios, el materialismo marxista el Alma
y la ideología de género el cuerpo
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