domingo, 12 de mayo de 2013

EL VALOR DE LOS VALORES



EL VALOR  DE LOS VALORES

La palabra valor viene del latín valor, valere (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte). Cuando decimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno de aprecio y estimación.
En el campo de la ética y la moral (cuyas definiciones veremos más adelante), los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea. En un  paisaje, por ejemplo (un paisaje hermoso), en una persona (persona solitaria), en una sociedad (una sociedad tolerante), en un sistema político (un sistema político justo), en una acción realizada por alguien (una acción buena) y así sucesivamente.
De los valores depende que llevemos una vida grata, alegre, en armonía con nosotros mismos y con los demás; una vida que valga la pena ser vivida y en la que podamos desarrollarnos plenamente como personas.

CLASIFICACION DE LOS VALORES

Aunque son complejos y de varias clases, todos los valores coinciden en que tienen como fin último mejorar la calidad de nuestra vida. La clasificación más extendida es la siguiente:
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     Valores biológicos. Traen como consecuencia la salud, y se cultivan mediante la educación física e higiénica.
-       Valores sensibles. Conducen al placer, la alegría, el esparcimiento.
-       Valores económicos. Proporcionan todo lo que os es útil; son valores de uso y de cambio.
-       Valores estéticos. Nos muestran la belleza en todas sus formas.
-       Valores intelectuales. Nos hacen apreciar la verdad y el conocimiento.
-       Valores religiosos. Nos permiten alcanzar la dimensión de lo sagrado.
-       Valores morales. Su práctica nos acerca a la bondad, la justicia, la libertad, la honestidad, la tolerancia, la responsabilidad, la solidaridad, al agradecimiento, la lealtad, la amistad y la paz, entre otros.

LOS VALORES MORALES, UNA CUESTIÓN DE HUMANIDAD

De la anterior tabla, los más importantes son, sin duda, los valores morales, ya que estos les dan sentido y mérito a los demás. De poco sirve tener muy buena salud, ser muy creyente o muy inteligente o vivir rodeado de comodidades y objetos bellos, si no se es justo, bueno, tolerante u honesto, si se es una mala persona, un elemento dañino para la sociedad, con quien la convivencia es muy difícil. La falta de valores morales en los eres humanos es un asunto lamentable y triste precisamente por eso, porque los hace menos humanos.

¿PARA QUÉ SIRVEN LOS VALORES?
Los valores morales son los que orientan nuestra conducta, en base a ellos decimos cómo actuar ante las diferentes situaciones que nos plantea la vida. Se relacionan principalmente con los efectos que tiene lo que hacemos en las otras personas, en la sociedad o en nuestro ambiente en general. De esta manera, si deseamos vivir en paz y ser felices, debemos construir entre todos una escala de valores que facilite nuestro crecimiento individual para que, a través de él, aportemos lo mejor de nosotros a una comunidad que también tendrá mucho para darnos.
Son pues, tan humanos los valores, tan necesarios, tan deseables, que lo más natural es que queramos vivirlos, hacerlos nuestros, defenderlos en donde estén en peligro o inculcarlos en donde no existan. En este punto es donde intervienen la moral y la ética.

VALORES MORALES Y ÉTICOS
Los significados de las palabras moral (del latín mores, costumbres) y ética (del griego ethos, morada, lugar donde se vive) son muy parecidos en la práctica. Ambas expresiones  se refieren a ese tipo de actitudes y comportamientos que hacen de nosotros mejores personas, más humanas. Si bien la moral describe los comportamientos que nos conducen hacia lo bueno y deseable, y la ética es la ciencia filosófica que reflexiona sobre dichos comportamientos, tanto una como otra nos impulsan a vivir de acuerdo con una elevada escala de valores morales.

LOS ANTIVALORES: LA OTRA CARA DE LA MONEDA
Así como hay una escala de valores morales, también la hay de valores inmorales o antivalores. La injusticia, la deshonestidad, la intransigencia, la intolerancia, la traición, la irresponsabilidad, la indiferencia, el egoísmo, son ejemplos de esto antivalores que rigen la conducta de las personas inmorales. Una persona inmoral es aquella que se coloca frente a la tabla de valores en actitud negativa, para rechazarlos o  violarlos. Es lo que llamamos una “persona sin escrúpulos”, fría, calculadora, insensible al entorno social que la rodea.
 El camino de los antivalores es a todas luces equivocado; porque no solo nos deshumaniza y nos degrada, sino que nos hace merecedores del desprecio, la desconfianza y el rechazo por parte de nuestros semejantes, cuando no del castigo por parte de la sociedad.

CUANTO ERES, CUÁNTO VALES
El mundo de los valores es amplio, complejo y en permanente transformación. En cada época aparecen nuevos valores o los viejos valores cambian de nombre.
Todos somos libres, además, de escoger nuestros valores y de darles el orden y la importancia que consideramos correctos de acuerdo con nuestra manera de ser y de pensar. Sin embargo, hay valores que no cambian, que se conservan de generación en generación, siempre y en todas partes. Valores universales, que exigiríamos a cualquier persona. De ellos trata la selección que hemos hecho para el presente libro.

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